No hace mucho tiempo, un descanso en el trabajo solía aprovecharse para charlar con los colegas o leer la prensa. Hoy tenemos smartphones para llenar nuestros minutos de descanso. ¿Es esto algo positivo? Una investigación reciente publicada en “Computers in Human Behavior” sugiere que este cambio en nuestros hábitos puede ser perjudicial para nuestro estado anímico.

Los investigadores surcoreanos Hongjai Rhee y Sudong Kim pidieron a 425 participantes de varias empresas que rellenaran una encuesta al final de su jornada laboral informando si habían usado smartphones durante la comida y cómo se habían sentido durante y después de ese receso.

En general, estos descansos son útiles porque nos ayudan psicológicamente a tomar distancia de las preocupaciones relacionadas con el trabajo, ordenar nuestros pensamientos y que nuestras mentes vaguen libremente. Los smartphones ofrecen distracción, por lo que Rhee y Kim esperaban que los participantes que usaban el smartphone disfrutaran de un desapego psicológico similar a aquellos que pasaban el tiempo conversando o dando un paseo.

Sin embargo, los resultados indicaron que el uso del teléfono durante la comida estaba asociado a mayores niveles de agotamiento emocional durante la tarde. Esto parece ser debido a que esa distracción telefónica no es tan relajante. Mientras que aquellos que pasaron la hora del almuerzo distanciados del teléfono y charlando con sus colegas, tal vez sobre el partido de fútbol del fin de semana, sí consiguieron atenuar el cansancio psicológico y sentimientos negativos durante la tarde, los que pasaron la comida conectados a su teléfono no consiguieron los mismos niveles de relajación.

Este estudio no asignó al azar a los participantes a usar teléfonos o participar en otras actividades durante el tiempo de descanso, por lo que es posible que los empleados más propensos al agotamiento emocional son las mismas personas más propensas a refugiarse en sus teléfonos durante la comida. Es decir, podría pensarse que el teléfono sea el síntoma y no la causa.

Sin embargo, sí parece que los smartphones nos proporcionan distracción pero no el descanso emocional normalmente ofrecido por otras actividades más tradicionales. En algunos casos el motivo es obvio: si un empleado sufre dolor de cuello o tiene los ojos secos, por ejemplo, no parece que pasar la hora de la comida contemplando la pantalla del teléfono vaya a contribuir a su descanso. Así que si usted quiere relajarse y cargar las baterías durante la comida ya lo sabe: ¡olvídese un poco del teléfono!

Rhee, H., & Kim, S. (2016). Effects of breaks on regaining vitality at work: An empirical comparison of ‘conventional’ and ‘smart phone’ breaks Computers in Human Behavior, 57, 160-167