Desde tiempo inmemorial se ha pensado que las mujeres son emocionalmente más expresivas que los hombres. Existe la percepción de que las mujeres revelan exactamente cómo se sienten mientras que los hombres parecen impasibles.

Aunque sí se ha demostrado que las mujeres sonríen más a menudo, un nuevo estudio, publicado en PLOS One, ha analizado un mayor número de expresiones faciales, y demuestra que la cuestión es algo más compleja, pues algunas emociones son mostradas más por los hombres que por las mujeres. Este estudio podría tal vez revelar no sólo las diferencias en las señales emocionales que hombres y mujeres emiten, sino también las diferencias en las emociones que sentimos.

Un equipo de Microsoft Research, de EE.UU., utilizó una nueva tecnología de codificación facial para analizar las expresiones de 2,100 personas mientras veían una serie de 10 anuncios comerciales en casa. Los voluntarios fueron reclutados en Alemania, China, EE.UU., Francia y el Reino Unido. Mientras veían anuncios de sus propios países de una variedad de productos, sus webcams transmitían imágenes de sus rostros a un servidor remoto.

Las mujeres sonrieron más que los hombres, confirmando investigaciones anteriores. También mostraron con más intensidad expresiones asociadas a miedo o tristeza. Pero los hombres fruncieron más el ceño, lo que suele interpretarse como demostración de cólera o enfado, aunque en este estudio podría haber reflejado también mayor concentración, o incluso confusión.

Existe la discusión en psicología sobre la medida en que las expresiones faciales reflejan emociones sentidas. Cuando sonríes, ¿siempre es porque te sientes feliz? ¿O sonríes a veces cuando estás ansioso? Y si frunces el ceño, ¿necesariamente significa que estás enfadado – o simplemente quieres que alguien piense que lo estás?

Pero dado que las investigaciones realizadas sugieren que hay una estrecha vinculación entre las emociones y las expresiones faciales, una implicación de este nuevo estudio es que las mujeres son más propensas a sentirse felices y también más ansiosas (o al menos más inclinadas a mostrar estas emociones), y que los hombres son más propensos al enfado (o incluso la confusión). ¿A qué se debe esto?

El equipo de McDuff, responsable del estudio, sugiere que ello podría deberse en parte a las diferentes expectativas sociales y presiones ejercidas sobre cada sexo. Por ejemplo, en muchos países la felicidad se considera más propia de las niñas que de los niños.

Ello podría explicar las diferencias de género en diferentes partes del mundo, siendo más pequeñas en el Reino Unido, en línea con la idea de que las expectativas sociales relacionadas con el género son menos marcadas en unos países que en otros. Había también otras diferencias geográficas: las norteamericanas eran las más sonrientes, mientras que las británicas y alemanas fruncieron menos. Pero los patrones generales en cada uno de los cinco países eran los mismos.

Una limitación del estudio fue el hecho de que los voluntarios sabían que estaban siendo grabados, lo que podría haber influido en sus reacciones. Pero una ventaja importante fue que el uso de la tecnología de codificación automatizada rápida permitió incorporar a muchos más voluntarios de lo que sería posible sin esa tecnología. Esta tecnología podría sin duda abrir el camino para muchos más estudios de masa de la emoción y el comportamiento.